Artículo de opinión por el Senador Estatal de Texas José Menéndez, Distrito 26
Cuando la Junta Estatal de Educación de Texas (SBOE) votó por agregar estudios México-americanos al programa educativo de Texas como curso oficial hace dos años, ya era algo largamente esperado. Más de la mitad de los estudiantes de escuelas públicas en Texas son hispanos, y la larga historia del estado con México ha moldeado inmensamente nuestra particular cultura y rico legado. Sin embargo, el libro de texto que está siendo examinado por SBOE —Mexican-American Heritage (Legado México-americano)–no está a la altura de esa importante historia ni cumple con los altos niveles del sistema educativo en Texas. Si un estudiante presentara este texto como trabajo de investigación, recibiría una nota F.
El libro de texto propuesto contiene flagrantes y nocivos errores sobre la historia de los México-americanos. No debería tener lugar en las escuelas de Texas. Entre sus muchos errores, el libro declara en la página 414:
“Los chicanos, por otro lado, adoptaron una narrativa revolucionaria que se oponía a la civilización occidental y quería destruir esta sociedad”.
También declara erróneamente en la página 454:
“Debido a que los inmigrantes ilegales temen a la deportación e involucramiento con las autoridades legales, el crimen y la explotación pueden circular libremente en sus vecindades. Aquellos que tienen opiniones hostiles sobre el gobierno y cultura americanas pueden también afianzarse en comunidades de inmigrantes por los duros desafíos que enfrentan. Esto podría expresarse de varias y enfermizas maneras”.
Es simplemente inaceptable permitir que se enseñe a nuestros niños estas falsas declaraciones y distorsiones como si fueran un hecho. Como millones de tejanos, soy orgullosamente México-americano. Mi madre inmigró de México como enfermera buscando una mejor vida. Este libro sobre nuestra historia común es tan ofensivo como erróneo. Nuestros niños merecen algo mejor.
Los libros de texto son el pilar de nuestro sistema educativo. Lamentablemente, este libro pobremente escrito socava ese sistema en su propósito básico, poniendo en riesgo la educación de nuestros estudiantes. Se confía en los libros de texto como fuentes creíbles de información tanto para maestros como estudiantes. Desafortunadamente, los autores de este libro no se preocuparon en asegurar que el material fuera correcto ni históricamente preciso. Aunque ya encontramos muchos errores, seguramente haya muchos más ejemplos diseminados por todo el libro. Esperaríamos un mayor esfuerzo de nuestros estudiantes, así que hagamos responsables a los autores de este libro y no permitamos que se enseñe ficción empolvada como historia en nuestras aulas.
Adoptar o no este libro plagado de errores no debería ser tema de debate. Es simplemente una cuestión de veracidad. Este libro no enseña adecuada ni honestamente el legado México-americano a nuestros niños. Definitivamente no debería ser la fuente base en nuestras aulas, donde el 51% de estudiantes son hispanos. Nuestros estudiantes merecen material de aprendizaje de calidad, fiable y responsable. Este libro de texto falla en los tres criterios.
Utilizar este texto en las aulas de Texas perjudicaría más que beneficiaría a nuestros estudiantes porque se está burlando de su herencia histórica y cultural. Independientemente si el texto es aprobado por SBOE, las juntas escolares locales deberían oponerse a adoptar este libro en sus distritos y buscar en vez una alternativa más apropiada y basada en hechos. Bajo la ley de Texas, los distritos escolares tienen derecho a elegir sus propios materiales de estudio.
No imprimiríamos un texto de matemáticas con fórmulas incorrectas, así que ¿porqué deberíamos aprobar un libro de estudios México-americanos con errores históricos? Las escuelas y estudiantes de Texas merecen algo mejor que este texto incorrecto. Juntos, podemos asegurar que la próxima generación de tejanos reciba la mejor educación posible, y eso empieza con libros de texto responsables e históricamente correctos.